La cara de sorpresa. El asentimiento mudo.
- Salvador Moret
- 15 sept
- 1 Min. de lectura

Esas expresiones son mis favoritas en una clase.
Da igual el tema de Revit que estemos tratando: cuando se desvela algo que creían imposible y reaccionan así, sé que ha calado, que han aprendido de verdad.
En un curso de 50 horas tengo que ceñirme al temario y al tiempo. Aun así, me gusta poder dar pinceladas de lo que llaman "Revit avanzado". Yo lo llamo, simplemente, trucos; pero sé que son matices clave, que ponen el foco en la efectividad.
En el máster de 500 horas, en cambio, tengo vía libre. Ni te imaginas la cantidad de esos "trucos" que salen a la luz. Muchos ya están previstos, claro, pero otros surgen como respuesta a dudas de quienes creían que dominaban Revit antes de entrar.
Me encanta. Porque quien empieza desde cero disfruta con cada paso; pero quien ya sabe, siempre tiene esa sombra de duda: "¿habré acertado apuntándome aquí?".
Y lo comprendo. Por eso sigo investigando y aprendiendo, muchas veces de los propios proyectos y experiencias de los alumnos, para localizar esa "veta de oro" donde aplicar un nuevo flujo de trabajo que les sirva.
Si no sabes nada de Revit, quizá un curso de 50 horas sea suficiente para empezar.
Si ya sabes algo de Revit, date un voto de confianza y apúntate. Buscaré esa veta en ti.
Tienes apenas 3 semanas para pensártelo. Cómo decían antes..."¡Pasajeros al tren!"





